Publicado el viernes en Público.es: «Un ultraortodoxo arroja ácido sobre una joven por vestir de forma “inmodesta”». Al parecer, no es un hecho puntual. Grupos de judíos radicales patrullan por las calles de Israel. Apremian a la gente a que respete la ley religiosa. Si hace falta, se toman la justicia por su mano. Las autoridades lo saben, pero no actúan: los ultraortodoxos también votan.
Episodios similares al descrito por Eugenio García Gascón desde la ciudad santa de Jerusalén adquieren cierto protagonismo en la prensa cuando tienen su origen en países como Irán o Arabia Saudí. En esta ocasión, sólo la web de Público se ha hecho eco de la noticia. Las ediciones on line del resto de periódicos de ámbito estatal no le dedican ni un breve. Y no será por falta de espacio.
Criminalizar a un colectivo por el comportamiento de un reducido grupo de sus integrantes no es una actitud justa. Sin embargo, un diario que decide denunciar este tipo de sucesos cuando se producen en un país musulmán también debería hacerlo si acontecen al otro lado del muro de Israel. Es una cuestión de unidad de criterio. O todos moros o todos cristianos. O judíos, vaya.
8 de junio de 2008
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