El miércoles, la Agencia EFE recordó que paralímpicos es «el adjetivo apropiado para referirse a los juegos en los que los participantes son personas con discapacidades». Según la RAE, la palabra proviene del inglés paralympic, «acrónimo de para[plegic] + [o]lympic». Asimismo, desaconseja el uso del vocablo par(a)olímpico, creado a posteriori a partir del formante griego para- (‘junto a’).
En 1992, Lázaro Carreter abordó la problemática en uno de sus dardos. En aquella ocasión, el filólogo criticaba que los medios de comunicación usasen la variante paralímpico. Su propuesta, parolímpico, respeta lo que pasa en otros casos similares, en los que el prefijo para- pierde su ‘a’ final si antecede a una palabra que comienza por vocal. Por ejemplo, paroxítona o parodia.
Por lo que parece, el académico ignoraba el origen inglés del término. Sin embargo, sugiere una alternativa que casa a la perfección con el genio del idioma. Es una lástima que tanto la RAE como la Agencia EFE se muestren tan condescendientes con el invento anglosajón, un engendro que cataloga como parapléjicos a todos los atletas que participan en esos juegos.
6 de septiembre de 2008
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