El COI prohibió que los atletas españoles guardasen luto por las víctimas del accidente de Barajas. No hubo ni minutos de silencio, ni brazaletes negros ni banderas ondeando a media asta. Los motivos, asegurarse de que los juegos olímpicos siguieran siendo un acontecimiento estrictamente deportivo, y evitar que se produjera cualquier agravio comparativo con otro país.
Esta no ha sido la primera vez que el COI se cubre de gloria en los presentes juegos. Calló ante los abusos contra los derechos humanos por parte de las autoridades chinas, y entregó medalla tras medalla a los atletas rusos mientras el ejército de su país invadía Georgia. (¿Alguien lo entiende? Si tan puristas son con los crespones, ¿dónde carajo guarda el COI el ideal de la tregua olímpica?)
Antes de citarse en Pekín, los medios de comunicación amagaron con denunciar las carencias democráticas del país organizador. Cuando se entró en la vorágine de las medallas, sólo se atrevieron a criticar el playback de la chinita que cantó en la ceremonia inaugural. ¿Hasta cuándo seguirán los periodistas alimentando la farsa olímpica del COI?
24 de agosto de 2008
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