30 de enero de 2009

Anales históricos anales

Y habló el INE. Y las ediciones digitales de los más prestigiosos diarios españoles se hicieron eco de la noticia. Y muchos de ellos coincidieron a la hora de escoger el adjetivo pertinente. «El IPC adelantado baja al mínimo histórico», «La inflación armonizada cae siete décimas en enero hasta el 0,8%, su mínimo histórico». Histórico, digno, por su trascendencia, de figurar en la historia.

Y poco importa si el dato queda desfasado el mes que viene. La historia hace ya mucho que se democratizó... Lo decía Lázaro Carreter, en 1995: «Escaseaban antes las posibilidades de entrar en la historia: Recaredo, las Navas de Tolosa, los sitios de Zaragoza, Daoiz y Velarde, cosas y sujetos de tamaña entidad. Ahora todo puede ser histórico, desde una canasta hasta una minifalda de Dior».

Hacer bien las cosas no era tan complicado. Bastaba un titular que dijese que «El IPC armonizado toca mínimos en el 0,8%». Es cierto: se trata del nivel más bajo de una serie que se remonta a 1997. Sin embargo, es imprescindible que sean los historiadores quienes decidan, cuando toque, si el numerito de marras resultó histórico o no.

Nuestro pan de cada día

Noticia de ayer en La Sexta: «¿Ha notado usted que come un pan más soso? Pues ya sabemos quién está detrás. El ministro Bernat Soria se ha mostrado encantado con los panaderos, que le han hecho caso y han reducido, en los últimos años, la sal de nuestras barras. La Sexta Noticias ha aprovechado la ocasión para conocer los gustos panaderos del ministro».

Los rótulos facilitan la tarea del telespectador: «Con jamón... prefiere la baguette francesa», «Pero con queso no se la dan»: «Prefiere uno de aquí». Las preguntas de la reportera también son de alto voltaje: «¿Le gusta mojar en las salsas?» Y el pobre ministro, disfrazado de maestro pastelero, responde temeroso, no sea que su médico de cabecera lo esté viendo: «Mojo poquito, ¿eh?».

Al final, una pieza con profesionales del gremio, consumidores y expertos en la materia. Pero el daño ya está hecho. Los informativos de La Sexta padecen de tomatitis, tanto en el fondo como en la forma. Tal vez, ¿quién sabe?, el mal ya esté afectando a otras facetas de la praxis periodística... Por cierto, ¿alguien sabe dónde estaba el ministro?

27 de enero de 2009

Más que mil palabras

La Residència d'Investigadors de la Generalitat acoge, desde ayer y hasta el próximo día 8 de febrero, una nueva exposición del fotoperiodista Gervasio Sánchez: «Afganistán: mujeres contra el olvido». Se trata de 16 instantáneas que reflejan una realidad remota, donde las burkas proliferan y los miembros amputados por las minas antipersona son el pan de cada día.

Las imágenes de Gervasio son fruto de un contacto directo, íntimo, con aquellas personas a las que retrata. Y son, también, la mejor demostración de que el buen periodista no necesita recurrir a la ficción para generar debates sobre lo que de verdad importa. Ante una noticia de peso, bastará con una mera imagen para zarandear la conciencia del respetable.

A la presentación de la exposición, que también lo fue de las jornadas homónimas organizadas por la ASDHA, acudieron cerca de 80 personas. Tantas como los estudiantes que a final de curso terminarán la carrera de Periodismo en la Universitat Pompeu Fabra. Sólo uno se acercó a la inauguración. El futuro es de los otros, por supuesto.

26 de enero de 2009

Vamos a contar mentiras

Nueve de la noche. Un espectador aterriza, despistado, en los informativos de La Sexta. Dan deportes. En pantalla, Trapattoni grita. Defiende a un Drenthe pitado ayer en el Bernabeu. Rezan los subtítulos: «es un pelotero como la copa de un pino», «Me muero por él», «Messi es bueno, sí, pero que pregunten a Javi Clemente», «Y en defensa... Messi que se vaya por donde ha venido».

Obviamente, lo que reflejan los subtítulos nada tiene que ver con el discurso real de Giovanni Trapattoni: una mítica rueda de prensa en la que habla, con su alemán maltratado por la gramática italiana, sobre varios jugadores del Bayern de Múnich, el equipo que entonces entrenaba. Entonces, el 10 de marzo de 1998. Porque las imágenes, por no ser, no son ni recientes.

Se ha de ser muy inocente para creer que los subtítulos que ofrece La Sexta son fieles a la realidad. Sin embargo, eso no exime a los presentadores. No sólo no avisan de lo falso de la declaración, sino que la presentan como verídica. Los códigos éticos de la profesión periodística son poco flexibles con este tipo de prácticas. No hay excusas que valgan. La única salida, la hoguera.

7 de enero de 2009

Pornografía

Dos líneas de titular: «Matanza de palestinos amparados por la ONU». Antetítulo, subtítulo, dos destacados. Es la noticia del día, también en la portada de El Periódico de Catalunya. Una pequeña fotografía acompaña la información. En ella, una niña muerta teñida de blanco por el polvo de los escombros. Tamaño de la imagen: 3,3 centímetros de alto; 6,5 centímetros de ancho.

Justo debajo, dos fotos más. La primera, dedicada a la caída de las temperaturas en Cataluña. Un hombre corre por una playa barcelonesa teñida de blanco por el granizo. Dimensiones de la instantánea: 12,2 centímetros de alto; 22,4 centímetros de ancho. La segunda imagen es para Messi, Bojan y compañía: 8 centímetros de alto; 11,2 centímetros de ancho.

La fotografía de la niña revuelve las tripas y la conciencia. Enseña una menor muerta, destrozada. ¿Es necesario mostrarla para humanizar la tragedia? ¿Hay algo que humanizar cuando se habla ya de centenares de muertos? ¿No es suficiente la cifra? ¿Tenemos que ver para creer? Y si apostamos por enseñar, ¿por qué ese tamaño de anuncio de contactos?