Nueve de la noche. Un espectador aterriza, despistado, en los informativos de La Sexta. Dan deportes. En pantalla, Trapattoni grita. Defiende a un Drenthe pitado ayer en el Bernabeu. Rezan los subtítulos: «es un pelotero como la copa de un pino», «Me muero por él», «Messi es bueno, sí, pero que pregunten a Javi Clemente», «Y en defensa... Messi que se vaya por donde ha venido».
Obviamente, lo que reflejan los subtítulos nada tiene que ver con el discurso real de Giovanni Trapattoni: una mítica rueda de prensa en la que habla, con su alemán maltratado por la gramática italiana, sobre varios jugadores del Bayern de Múnich, el equipo que entonces entrenaba. Entonces, el 10 de marzo de 1998. Porque las imágenes, por no ser, no son ni recientes.
Se ha de ser muy inocente para creer que los subtítulos que ofrece La Sexta son fieles a la realidad. Sin embargo, eso no exime a los presentadores. No sólo no avisan de lo falso de la declaración, sino que la presentan como verídica. Los códigos éticos de la profesión periodística son poco flexibles con este tipo de prácticas. No hay excusas que valgan. La única salida, la hoguera.
26 de enero de 2009
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