20 de abril de 2008

Rumore, rumore...

El equipo de Milenio 3 terminó el programa de anoche riéndose de varias leyendas urbanas. No se olvidaron de los cartones de leche caducada y repasteurizada, ni de los engendros cuya carne nos dan de comer como fast food. Tampoco se libraron las latas infectadas por orines de rata, ni los atentados islamistas que se han de perpetrar mañana en algunos centros comerciales.

Pero, ¿qué habría hecho Iker Jiménez si el bulo de la semana hubiese caído en sábado? Algunos medios se creyeron la historia del niño que ningunea a la NASA y recalcula la trayectoria del meteorito que ha de impactar contra la tierra. Todo un caramelito para los profesionales de Milenio 3 y su «periodismo de lo desconocido», oxímoron aparte.

Tal vez, dentro de unos años, el Faber-Kaiser de turno termine su programa riéndose de aquel espacio radiofónico en el que la audiencia informaba de sus avistamientos ovni vía sms. Un programa donde el contenido de esos pequeños teletipos sin vocales y plagados de faltas de ortografía era elevado a la categoría de noticia.

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